Las tres instituciones comunitarias, la Comisión, el Consejo y el Parlamento, han alcanzado un acuerdo preliminar para reformar la legislación sobre conciliación entre la vida familiar y laboral. Cuando los dos colegisladores (Parlamento y Consejo) la aprueben definitivamente, los países miembros deberán introducir cambios en sus legislaciones nacionales para que se garantice que todos los progenitores podrán tener al menos cuatro meses de permiso parental, de los cuales dos deberán ser intransferibles y remunerados. Además, las empresas deberán dar diez días a sus empleados en las fechas en las que se produzcan los nacimientos de sus hijos.
Para evitar cualquier tipo de discriminación entre parejas casadas y no casadas, así como entre parejas heterosexuales y homosexuales, el derecho al permiso de paternidad deberá concederse con independencia del estado civil o familiar con arreglo a la definición del Derecho nacional.
La remuneración de los permisos por maternidad o paternidad deberá ser al menos la equivalente a la que se aplica en una baja por enfermedad.
La directiva incluye también reglas para que sea obligatorio que las empresas concedan también permisos remunerados para cuidar de familiares dependientes o que padecen una enfermedad grave. En este caso, las empresas podrán exigir una prueba de que realmente la enfermedad o la situación de dependencia es real. La legislación incluye también la obligación de conceder permisos extraordinarios en casos graves inesperados.
La nueva reglamentación fija un límite mínimo de beneficios para los padres, pero no los limita. Los países que ya cumplen con estas reglas o que han implantado otras más beneficiosas para los trabajadores no tendrán que modificar su legislación. También, aquellos países que quieran conceder permisos de mayor duración pueden hacerlo.
La Comisión ha tardado tres años en lograr que se aprobase esta reforma de su propia legislación. Según el análisis del ejecutivo comunitario, la directiva actual «ha sido insuficiente para permitir que ambos progenitores ejerzan sus derechos por igual. Habida cuenta de que dicha Directiva no garantiza una prestación económica durante el permiso parental, muchas familias no pueden permitirse acogerse a él. Además, la Directiva tampoco ha logrado que los padres se impliquen más en las responsabilidades familiares. Los datos ponen de manifiesto que la mayoría de los padres no aprovechan su derecho al permiso parental y transfieren una proporción considerable de este a las madres. Esto ha dado lugar a notables diferencias entre las tasas medias de disfrute del ES 14 ES permiso parental entre madres y padres, tasas que, en el caso de estos últimos, siguen siendo muy bajas en numerosos Estados miembros».
La directiva introduce cambios también en materia de condiciones para quelos padres se acojan a periodos de trabajo temporal o teletrabajo. El objetivo, según la Comisión, es que se reduzca la desigualdad entre hombres y mujeres y que se evite que muchos padres (madres casi siempre) acaben abandonando el mercado laboral.
Una vez que sea aprobada formalmente, los países tendrán un periodo –probablemente tres años- para modificar su legislación.